Has notado cuanto nos atrae la luz de las velas. Seguro que sí y la razón tiene que ver con que esa luz nos conecta directamente con nuestro Creador. Para los católicos no es ajeno el uso de las velas en diverso rituales. Se usa precisamente por esa conexión divina que se establece con la llama de la vela. La flama de la vela debe ser la guía para transitar por un oscuro camino o para protegernos ante enfermedades y ayudarnos en tribulaciones amorosas, laborales, familiares. La flama de las velas nos devuelve la paz interior y nos equilibra, porque ella representa la comprensión, el conocimiento, la sabiduría, la iluminación. Nos limpia, libera nuestros temores, abre nuestro corazón. La flama de la vela nos ilumina y también nos permite dar luz a otras personas. (Wall, 1993)
Cómo utilizar las velas
Aunque no es indispensable, lo ideal es que tengas un pequeño altar en donde puedas encenderlas, concentrarte, orar y realizar tu petición. Elaborarlo es muy sencillo. Necesitarás una o varias imágenes. Puede ser de tu Virgen, algún Arcángel o Santo y un porta velas (candelabro, plato). Yo mantengo mi altar con tres pequeñas imágenes, réplicas de la Sagrada Familia, un San Onofre en miniatura y un platito donde coloco la vela. A veces le coloco flores, incienso o algo de perfume. Otros aconsejan colocar, además, otro platito con sal o tierra, un vasito con agua. Todo depende del gusto de cada quien. Lo más importante es la imagen o imágenes y las velas. Coloca tu altar en una mesa donde no pueda ser derribado a causa de un tropezón. La mesa preferiblemente de materiales como madera, granito, mármol. No es necesario que esté escondido, ayuda mucho más si está a la vista.
ORAR
Al encender tu vela debes rezar una oración de protección. Luego realizas una oración de invocación para solicitar los buenos oficios de tu Virgen, Ángel o Santo; es decir, le haces un llamado, con tus propias palabras, para que te ayude en la petición que vas a realizar. Luego al momento de encender la vela realiza una oración donde solicitas a La o Él invocado para que te ayude en la petición específica que le expones. Al apagar o apagarse la vela debes agradecer la ayuda aún si todavía no ha llegado. En las oraciones utiliza tus propias palabras, como si conversaras, también puedes acompañarlas con las plegarias religiosas como el Padre Nuestro, Ave María, a veces puedes rezar el Rosario como parte de tu solicitud y/o agradecimiento y, por qué no, hasta puedes cantar.
Lo más importante es que al encender la vela, estás encendiendo una luz interior, Tú luz interior, porque el mismo rito lleva a conectarnos con Dios.
¡Ah! Un consejo, nunca dejes una vela encendida si no va a estar en casa.