"Mas yo os digo: Amad á vuestros
enemigos, bendecid á los que os maldicen,
haced bien á los que os aborrecen, y orad
por los que os ultrajan y os persiguen;"
MATEO 5:4
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¿Por qué surgen?, normalmente
aparecen cuando sentimos que perdemos el control de la situación y creemos que
enojándonos lo recuperamos. Con o sin razón, no vale la pena. Fíjate: piensa
por un momento en que mientras tu estas envenenado (a) por una emoción negativa, es muy probable que el causante
esté tranquilo y feliz. De manera que en última instancia nos produce más daño
a nosotros que al otro. Pregúntatelo, ¿Vale la pena? La respuesta es invariablemente
¡NO! ¿Hay formas diferentes de solución? Invariablemente la respuesta es ¡SI!
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Analicemos las
siguientes situaciones y tal vez veamos en ellas diferentes vías de ayuda para eliminarlas
de nuestro menú personal. Te percatarás que solamente tienes que cultivar el
sencillo arte de MIRAR, así con mayúsculas.
A) Las emociones
tóxicas son un grito de ayuda de quien las siente y expresa, No será acaso que
esos defectos y formas de actuar que vemos en la otra persona y que tanto nos
irritan es porque son reflejos de lo que somos en realidad. Debemos, por tanto,
ser capaces de reconocerlas en nuestro interior. Tendemos a ver las reacciones
y conductas negativas en el otro y no en nosotros. Reconocerlas, es decir,
MIRARLAS es un paso importante para cambiar esa emoción negativa por una
positiva. Cambiemos de enfoque, no preguntemos ¿qué le pasa esa persona?, más
bien MIRÉMONOS ¿Qué me pasa por qué me he puesto tan molesto?
B) No te has
preguntado qué tal vez solemos enfocarnos en los aspectos negativos de la otra
persona y olvidamos que todos tenemos defectos
y virtudes. Probemos a MIRAR cuáles son las virtudes o cualidades positivas o
atractivas del otro en vez de juzgarlo constantemente en función de las
negativas. Nos asombraremos de la cantidad de cualidades buenas que percibimos en
el otro y en cómo abrimos paso a la comprensión o al amor en lugar de la rabia,
ira o molestia.
C) Hay que comunicarse positivamente cuando algo
nos afecte, es decir, no deberíamos usar un vocabulario de víctima. Di me
siento triste en vez rechazado. Di disgustado en vez de insultado. Di estoy
sólo en vez de abandonado.
D) Hay que reconocer y
MIRAR que todos somos diferentes en vez de empeñarnos en demostrar que los
otros están equivocados o que se comportan mal. MIRAR al otro ayuda a comprenderlo, si llegamos
a comprender la conducta del otro dejaremos de censurarlo y ya no nos causará
más ira o enfado.
E) Si creemos que no
somos capaces de resolver las emociones negativas por nosotros mismos debemos
estar dispuesto a pedir ayuda y abiertos a recibirla. Acude a alguien de tu
confianza, un familiar, tu maestro, un psicólogo, un amigo, y ten fe en Dios,
Él siempre responderá, a veces, de forma imprevista y nos guiará por el camino apropiado
para resolverlas.
Practica el segundo principio
Reiki. Por
Hoy, sólo por hoy no te enfades