3.12.12

LA TERCERA CAPA AURAL. NUESTRO CAMPO MENTAL




Hasta ahora; en los dos artículos previos, hemos explorado las dos primeras capas del campo energético humano: el cuerpo etéreo y el cuerpo emocional (leerlos más abajo en este blogs). Corresponde ahora exponer algunos aspectos sobre nuestra tercera capa aural llamada el campo o cuerpo mental.

Anatomía del Cuerpo Mental

Esta capa se superpone a las otras extendiéndose desde 8 centímetros,  hasta alcanzar, en algunas personas, unos 60 centímetros.[i]  Su tamaño puede asociase al nivel de materialización del pensamiento y de los procesos mentales; es decir, se expande y se hace más brillante cuando estamos concentrados en actividades que involucran los procesos mentales equilibrados y creativos. 

Para el ojo aguzado, la capa se observa como una luz que se extiende alrededor de la  cabeza[ii] y que de ahí se difunde a todo el cuerpo físico. Esta posición es porque los procesos mentales del ser humano tienen lugar en esa parte superior del cuerpo humano, ahí donde está el cerebro, el cual es el principal órgano de dichos procesos.
El color de la luz puede ser un  brillante amarillo limón casi dorado, amarillo pálido o bien un color amarillo oscuro casi ámbar. Esas tonalidades darán cuenta del nivel de equilibrio que la persona tiene del su cuerpo mental. De manera que mientras más se acerque a ese color limón casi dorado, está más  limpio y bien estructurado. 
Con relación a los colores del cuerpo mental y su interpretación Powell dice:
“…El amarillo, en cualquiera de los vehículos, siempre indica intelecto; pero sus matices varían mucho y pueden estar complicados por la mezcla de otros colores. Hablando en general, toma un tono más profundo y opaco si va dirigido por cauces bajos, muy especialmente si la finalidad es egoísta(…) En el mental [capa] del hombre de negocios corriente, el amarillo tomará el matiz ocre; mientras que en el de intelecto puro, dedicado al estudio de la filosofía o de las matemáticas, aparece frecuentemente como dorado; éste asciende, gradualmente, a un bello amarillo verdoso claro, transparente y luminoso, cuando el intelecto se emplea abnegadamente en beneficio de la humanidad(…) La mayoría de las formas de pensamiento amarillas están claramente delineadas; las nubes amarillas vagas son relativamente raras. Estas indican satisfacción intelectual; algo así como apreciación por el buen resultado del Ingenio, o el contento de ser hábil e inteligente. (1927, p. 30)

Los desequilibrios del tercer nivel

Los desequilibrios del tercer nivel se evidencian en conductas irracionales. Estas tienen por lo menos dos características importantes: 1) son de tipo dogmáticas (esto es así, debo, tengo que) y, 2) la respuesta es un emoción negativa (ansiedad, miedo, frustración, furia con uno mismo o con los demás) o también enfermedades psicosomáticas que interfiere con el alcance de las metas. 
De manera que el hecho que cualquiera de nosotros experimente en algún momento una emoción negativa, por alguna insatisfacción o displacer, será una conducta sana, siempre y cuando se supere y se siga adelante en la persecución de las metas y objetivos básicos. Caso contrario, si la insatisfacción o el displacer lleva a conductas tales como: aislamiento, depresión, paralización, conflictos sistemáticos en el tiempo con las personas, con que interacciona, consumo de alcohol o drogas, estaremos en presencia de una manifestación o conducta irracional, porque vista sí son autodestructiva. Es ahí donde se está ante una distorsión cognitiva o un desequilibrio en el cuerpo mental.
Reiteramos, todos los seres humanos (en todos los tiempos) tienen pensamientos irracionales que van, o contra las enseñanzas recibidas, o contra el sentido común. Todos nosotros, incluso las personas más brillantes, han expresado, expresan y expresarán conductas irracionales y una vez abandonadas asumen otras. La diferencia está, no solo en la cantidad de veces en que se tienen, sino en la manera de resolverlas y la persistencia.

Conductas auto destructivas o los ¿por qué no?

Son las reflexiones de nuestro “monito borracho” (Brennan, 1994) quien nos da todas las “razones de por qué no”, él nos la pone todas facilito, él sabe muy bien que es mucho más cómodo seguir conductas de autodestrucción que de autovaloración, que nos gusta más un placer momentáneo aunque sea para nuestro mal. Por ejemplo, sé que tengo que hacer la dieta por una condición médica o dejar de fumar, pero siempre habrá un pretexto, por ejemplo me digo: tengo mucha hambre y aquí lo que hay para comer es eso o estoy muy estresada por eso tengo que fumarme el cigarro para calmarme, pues las dietas son muy caras y no me llega el sueldo, si me fumo un cigarrito no me va a pasar nada. En fin habrá miles de razones (o de por qué no) para hacer aquello que es una conducta total y evidentemente destructiva, irracional y que desequilibra por ende tu campo mental.  
Otras conductas irracionales

En el gráfico aparecen tipificadas un grupo de creencias que si son altas alteran el campo emocional. ¿cuántas de estas son recurrentes en ti?


De cómo dañamos el cuerpo mental

Las conductas irracionales a la larga enferman el cuerpo emocional y de no ponérsele coto pueden ocasionar “shocks” de consecuencias impredecibles. Por ejemplo: si se deja “… que algún problema le preocupe mucho y le da vueltas constantemente en su mente, sin llegar a una conclusión, crea una especie de tormenta en su cuerpo mental; quizá sería mejor decir que crea un punto doloroso en dicho cuerpo, algo así como una irritación causada por fricción. (…) Así mismo, “… una persona discutidora tiene su cuerpo mental en estado de perpetua inflamación, la  cual puede convertirse en úlcera abierta a la más ligera provocación. Para tal persona no hay esperanza de progreso oculto, hasta que ponga equilibrio y sentido común en su condición enfermiza”... (Powell, 1927)

Como curar el cuerpo emocional

Lo principal es dominar la mente. Se debe tomar conciencia que la mente no es uno, sino que es ella es un instrumento que se debe aprender a utilizar apropiadamente para controlar las conductas irracionales. Por supuesto esto implica hacer uso de la fuerza de voluntad porque se requiere capacidad de concentración, así como, hacer uso constante de la auto observación y autovaloración de las acciones que emprendemos.
Se trata de usar el pensamiento consciente para detener la ira, los celos, el orgullo, la rabia, el odio y cualquier emoción negativa del mismo orden. También hay que desviase de los pensamientos negativos llevando la atención hacia otros positivos; así como, tener conciencia de nuestros actos y sus verdaderas consecuencias en nostros.
Se ve fácil pero no lo es, estamos acostumbrados a dejarnos dominar por la mente y no lo contrario, es decir, a que seamos nosotros quienes la dominemos de manera consciente.  

Namasté



Referencias
Brennan, A (1994). Hágase la luz: manos que curan II. Nueva Era: España.

Monetejo, L (2012). Ira. Consultado en:

Powell, A (1927). El cuerpo Mental. Consultado en: de:http://almadeluzindigoelconocimientoespiritual.bligoo.com/media/users/18/922515/files/198806/Arthur_Powell_-_El_cuerpo_mental.pdf


Superar la depresión. Consultado en:
http://www.superarladepresion.com/superarladepre/3depre_distorsiones.php

   



[i] Como nota curiosa, se dice que los pintores y videntes en la Edad Media y en lo fundamental al espíritu religioso de esa época, asociaban la aureola dorada con la santidad
[ii] Cuando conversé sobre el cuerpo emocional no indiqué que este sobresale y se irradia desde el pecho, en la zona del tórax, por la relación de las emociones con el corazón.  

18.9.12

LA SEGUNDA CAPA DEL CAMPO ENERGÉTICO HUMANO


Anatomía de tu cuerpo emocional

La segunda capa recibe el nombre de cuerpo emocional. Desde el punto de vista de su conformación, esta capa sigue al contorno del cuerpo etéreo (o primera capa) pero a diferencia de éste no es un duplicado del cuerpo físico sino más bien una silueta ovoide, de apariencia nubosa pero semi transparente, con diferentes matices de colores y variados niveles de brillantez. “…la luz que brilla en él se descompone en mil tonalidades distintas, pero la fuente de esa luz no viene del exterior: es generada por el propio medio. El campo emocional es autoluminoso. (Van Gelder, D, 1991, p.43)

Como he venido insistiendo  en mis otros artículos, cada capa del campo energético humano no está separada de la otra sino que se penetran, se funden, se traspasan. En este caso el cuerpo emocional atraviesa y luego rodea al etérico (la primera capa),  extendiéndose hacia afuera a unos 30 o 45 centímetros con relación al cuerpo físico. 

El cuerpo emocional es el del amor propio

La extensión del segundo campo está en relación directa con la salud de nuestro portafolio emocional o auto-emociones ya que se asocia con los sentimientos y emociones hacia nosotros mismos, es decir, el amor propio. Es el nivel que indica cuánto  nos amamos y nos aceptamos.

Cuando nuestras auto emociones y auto sentimientos son negativos, como por ejemplo: cuando no nos queremos tal cual somos, cuando nos odiamos o menospreciamos físicamente, cuando negamos lo que realmente somos, cuando nos sentimos a disgusto con nosotros, cuando tenemos miedos, los colores del campo correspondiente al cuerpo emocional tienden a perder brillo y tornarse  opacos u obscurecidos y el campo se verá más estrecho o menos extendido hacia afuera.
Dibujo del aura caratrística del cuepo emocional

En la medida que alberguemos sentimientos y emociones positivas hacia nosotros, el campo se tornará brillante y con colores de tonalidades vivas y se extenderá hacia afuera. En la medida que no lidiemos apropiadamente las auto-emociones negativas, transferimos esa energía a la tercera capa del campo energético humano que es la mental-racional y ahí se transforman en autocríticas o sentimientos de segundo nivel (no sirvo, me odio, no soy buena) y en consecuencia se comprime más el segundo campo.

Para recargar el segundo nivel, hay que transferir la energía del tercer campo de vuelta al segundo y una forma muy fácil es dejar aflorar los auto-sentimientos cualquiera sean.  De esa manera lograrás que el "me odio" se convierte en "me duele” y de ahí llegarás al "me amo como soy”.


Conócete a ti mismo: quítate la máscara

Ojo, lo anterior no quiere decir que debamos ocultar los sentimientos y emociones negativas hacia nosotros, eso es lo que normalmente hemos hecho durante mucho tiempo por un efecto de la autocritica impuesta por el entorno social que la más de las veces es para parecernos a  “modelos” creados por la sociedad de consumo o para agradar a otros. Por el contrario, hay que sacarlos a flote para hacernos conscientes de ello. 

Hay que echar a ese impostor, pero es muy importante que lo hagamos con la intención de sanar, de dejarlo ir, liberarlo, que se marche de nuestra vida. Da rienda suelta a tus sentimientos y emociones negativas. Suéltalos, acéptalos como son y déjalos, pero eso si, debes observar que esto no se convierta en un hábito y reiteramos, debes tener la intención de sanar. 
Se trata de percibir que hay “tras la puerta” tal como lo expresa el poema del mismo nombre canalizado por la Dra. Pierrakos:

Tras la puerta

Tras la puerta de sentir ti debilidad, reside tu fuerza.
Tras la puerta de sentir tu dolor, reside tu placer y gozo.
Tras la puerta de sentir tu miedo, reside tu seguridad y confianza.
Tras la puerta de sentir tu soledad, reside tu capacidad de sentir satisfacción, amor y compañía.
Tras la puerta de sentir tu odio, reside tu capacidad de amar.
Tras la puerta de sentir tu desesperación, reside tu esperanza verdadera y justificada.
Tras la puerta de aceptar las carencias de tu infancia, reside ahora tu satisfacción. (Pierrakos. E, s.f. cp. Brennan, 1993, p. 153)

A menudo conocemos a los otros, a nuestros hijos, nuestros esposos, novios, hermanos, etc., y nos vanagloriamos de eso, pero ¿te conoces a ti mismo?, ¿te ocupas por saber exactamente quién eres?; ¿qué sientes? ¿Por qué ese miedo? ¿Por qué ese odio?...Abre la puerta y has introspección, solo así podrás acceder a lo que dice la inscripción en el templo de Delphos:

HOMO NOSCETE IPSUM
“Hombre conócete a ti mismo y conocerás al universo y a los Dioses”

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Referencias bibliográficas
Brenna, B (1993).Hágase la luz: manos que curan 2. Nueva Era: España.
Van Gelder, D (1991). El aura. Nueva Era: Colombia.

Fuentes de las fotos: